Si un humano y un cachorro crecieran a la misma velocidad, a los seis meses de edad un Pastor Almemán pesaría aproximadamente 30 kilos y un humano 180 kilos. El perro multiplica su peso 60 veces, mientras el humano no pasa de 3 veces. Esto nos da una idea de las cantidades de energía que requiere el perro, en forma sobre todo de proteínas y grasas de calidad para su desarrollo.
Evitar cambio bruscos de dieta
Debemos evitar cambios bruscos, es importante dar una dieta sencilla para cachorros, y mientras menos ingredientes tenga, mejor. ¿Acaso han visto un bebé humano que coma en sus primeros meses la dieta de un adulto?
Un cachorro a los 20 días ya no debería recibir leche materna como primera fuente de alimentación, pero sí es recomendable la convivencia durante la alimentación con su madre por los juegos, gruñidos y regañinas que ésta propina a las crías para su correcto desarrollo psicológico.
Evitar el exceso de energía
Más vale mantener a un cachorro por debajo de su peso que por encima. En la infancia no existe la fortaleza ósea ni muscular para aguantar mucho peso. Cuando termina de crecer, entonces sí puede empezar a ganar masa muscular, una vez que los huesos estén consolidados.
Cuanto más calcio, mejor: no!!!
Un error muy común es querer complementar la dieta del cachorro con calcio porque la gente piensa: «está en crecimiento, y cuanto más calcio mejor». Es verdad que necesita más calcio, pero si damos un dieta equilibrada y además añadimos calcio, lo único que lograremos es desequilibrar la dieta y afectar las líneas de osificación.
Hay dietas comerciales y caseras de alta calidad para cachorros. Esas son las que debemos usar. En las primeras, conviene seguir las instrucciones de los fabricantes, y en las segundas lo mejor es asesorarse con profesionales que sepan del tema de la nutrición de nuestras mascotas.
Fuente: Revista Especies
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