Melanoma, pulmón, mama, vejiga, ovario… y ahora, además, colon. El rango de tumores que los perros van siendo capaces de identificar mediante su sensible olfato sigue creciendo, como ha demostrado esta semana una hembra de labrador de ocho años en un estudio que publica la revista ‘Gut’.
En esta ocasión, y después de varios resultados que se viene publicando desde el año 2004 con distintos tumores, el perro del ensayo ha sido capaz de identificar con gran precisión la presencia de tumores de colon, tanto olfateando el aliento de los afectados (recogido en un dispositivo especial tras una larga exalación) como a través de sus heces. Hasta ahora sí se había demostrado esta capacidad canina en la orina, pero es la primera vez que se emplea dicho material.
El labrador, entrenado con anterioridad en rescates acuáticos, distinguió con una precisión cercana al 99% a los 48 pacientes con cáncer de colon (diagnosticados previamente) entre otros 258 voluntarios sanos. La mitad de ellos padecía también pólipos benignos y otras patologías intestinales, aunque este hecho no pareció confundir al animal, que sólo erró en cuatro de los 70 intentos realizados a lo largo de varios meses (preferiblemente en verano porque, como destacan sus cuidadores, parecía sentirse negativamente afectado por el calor).
Como explican en su artículo Hideto Sonoda y su equipo, del Hospital de Fukuoka (Japón), este tipo de trabajos «aún muy preliminares» deben ser interpretados con cautela. De hecho, insisten, no se trata de introducir al perro en el proceso de diagnóstico precoz del cáncer («algo caro y poco práctico») sino de tratar de estudiar los compuestos químicos que desprenden los tumores y que son captados por la nariz canina. «La identificación de los compuestos orgánicos volátiles podrían ayudar a resolver el carácter biológico del cáncer», epxlican, y tal vez a diseñar algún tipo de nariz artificial capaz de identificar los tumores desde sus estadíos más precoces.
Fuente: El Mundo
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