Según las clínicas, cuatro de cada diez propietarios de gatos tienen grandes dificultades para administrar un tratamiento a su mascota y por otro lado, es “normal” que las tengan.
Los gatos son mucho más desconfiados que los perros y además poseen unas papilas más sensibles a los sabores amargos, que por una banda evita que ingieran sustancias tóxicas pero también la mayoría de medicamentos. Si detectan cualquier cambio en el olor y/o sabor de su habitual comida la ignoraran, aunque tengan de pasar varios días sin comer.
Las farmacéuticas son conscientes de ello, y elaboran fármacos especialmente indicados para gatos. Con el menor tamaño posible, el principio activo concentrado para reducir el número de tomas e incluso con el tamaño, color y sabor parecido al de sus croquetas. Incluso en algunos fármacos han conseguido emular un aroma similar al del pollo, pescado o levadura… Todo ello para “engañar” a nuestros queridos felinos.
Métodos para suminístrale fármacos a nuestros queridos gatos:
- Toma “forzada” con jeringuilla.
Este método es especialmente fácil de aplicar si se trata de un fármaco líquido, aunque sino también se puede triturar el comprimido y mezclarlo con agua.
Consiste en verter el contenido (líquido, o pastilla triturada y mezclada con agua) en una jeringuilla y con la cabeza del gato levantada y el cuerpo bien sujeto para que no pueda saltar o arañar le vas introduciendo el líquido por un lado de la boca.
Es importante que respetes las pausas y empujes levemente para que tu gato pueda respirar correctamente. En definitiva, es como si le dieras un biberón. Si el agua no funciona, puedes mezclarlo con leche o con la salsa de una lata que le guste (siempre que no este contraindicado). - Mezclado con alimentos de sabor y/o olor fuerte
Como ya hemos indicado con anterioridad, el gato detectará de inmediato si mezclas un comprimido en su comida pero existen alimentos de sabor y/o olor fuerte que enmascararán el del comprimido.
Deberás mezclar el contenido de la píldora en alimentos como caballa, atún o sardinas. Espolvoreando unos copos de levadura de cerveza por encima para camuflar el olor y restaurar su flora intestinal.
La desventaja de este método, es que si nuestro gato no ha probado estos alimentos de pequeño y no está habituado a su sabor, difícilmente los comerá.
- Si nada de esto funciona:
Hable con su veterinario y pide que le prescriba medicamentos preferentemente sabrosos elaborados especialmente para gatos.
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