La dieta puede desempeñar un papel importante en la optimización de la salud del tracto GI, especialmente el tipo y la cantidad de fibra presente. La fibra dietética afecta a la salud del tracto GI canino de varias formas, que incluyen efectos físicos, efectos nutrientes, y afecta al tipo, número y equilibrio de bacterias «beneficiosas vs. nocivas» en el intestino.
Aunque la dieta de los perros es principalmente carnívora, el tracto GI del perro tiene bacterias que pueden digerir determinados tipos de fibra. Los estudios demuestran que las dietas que contienen solo ingredientes fácilmente digestibles , con poca fibra o ninguna, en realidad «hacen pasar hambre» al tracto GI inferior. Del mismo modo que una dieta pobre en fibra no es buena, las dietas con un exceso de fibra también pueden ser un problema. Un nivel óptimo de fibra en comida seca para perros puede ir entre 3% al 5%.
El tipo de fibra dietética es importante por su potencial de modificar el número y los tipos de bacterias GI. Los cambios en los recuentos bacterianos normales, provocados por cambios en la dieta, uso de antibióticos u otros factores, pueden aumentar el riesgo de sufrir problemas digestivos y nutricionales, y de contraer enfermedades.
En las dietas caninas encontramos 3 tipos de fibra:
– Fibra muy fermentable: pectina o vaina de algarrobo, son fibras muy fermentables. La ingestión de cantidades excesivas de fibras muy fermentables puede provocar deposiciones líquidas o sin formar y la producción de gas.
– Fibra moderadamente fermentable: las bacterias GI digieren estas fibras a una velocidad moderada. La incorporación de fibra moderadamente fermentable, como la pulpa de remolacha, en la dieta del perro ayuda a mantener un revestimiento saludable del tracto GI y a producir deposiciones húmedas y bien formadas.
– Fibra poco fermentable: estas fibras, como la celulosa, no se digieren en gran parte por las bacterias intestinales. Aunque muchos creen que estas fibras ayudan en el caso del estreñiminento, los estudios en perros muestran que la ingesta de niveles elevados puede incluso favorecer el estreñimiento.
En definitiva, la fibra dietética puede tener una influencia importante sobre la salud del tracto GI de un perro. Una dieta con un nivel apropiado de fibra moderadamente fermentable proporciona ventajas nutricionales para el revestimiento del tracto GI y puede incrementar el recuento de bacterias intestinales de forma positiva.
Fuente: Revista animalia
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