Una investigación de la universidad de Melbourne parece indicar que los niños que se crían junto a animales de compañía desarrollan menos riesgo a este tipo de afecciones. La investigadora de este estudio senaló que retirar las mascotas del contacto con los niños no era un buen método para prevenir a los más pequeños de las alergias y que, de hecho, los animales de compañía y en particular los perros pueden ayudar a prevenirlas.
Llegó a estas conclusiones tras los datos obtenidos por los investigadores de su equipo, que indican que los niños que habían estado en contacto con animales a edades tempranas tenían tasas más bajas de alergias nasales cuando llegaban a adolescentes.
Para llegar hasta estos resultados, Matheson y sus compañeros realizaron un exhaustivo estudio sobre 8500 encuestas a adultos europeos y australianos, centrándose mayoritariamente en individuos que hubieran crecido junto a mascotas familiares o animales de granja. En el estudio se indicaba que más de una cuarta parte del total de los que respondieron padecía alergias nasales. En la mayoría de los casos, los encuestados señalaron que esas alergias habían comenzado a manifestarse en la adolescencia.
Un dato que llamó la atención de los científicos fue que cuantos más hermanos tenía un niño, más bajas eran las posibilidades de que ese niño tuviera alergias del tipo nasal posteriormente en su vida.
Los investigadores encontraron un cierto paralelismo de esta mayor resistencia a padecer alergias entre las personas que habían crecido en granjas o que se habían criado con un animal de compañía antes de los 5 años. Comparadas con las personas que no habían estado en contacto con animales en su niñez, las posibilidades de tener alergias nasales en la adolescencia eran un 30% menores en personas que se hubieran criado en una granja, mientras que tener un perro o un gato reducía en un 15% el riesgo de padecerlas. Las personas que decían haber estado en contacto tanto con otros hermanos como con animales mostraron también un menor porcentaje de alergias nasales en comparación con quienes habían estado expuestos solamente a uno de ellos.
En resumen, el contacto con mascotas podría reducir potencialmente el riesgo de que los niños desarrollen enfermedades como asma, ya que las alergias son un primer paso de riesgo hacia esta enfermedad.
Aunque los resultados del estudio son prometedores, sería prematuro sugerir a los padres que comprasen una mascota o tuvieran más hijos para evitar que los niños tengan mayor riesgo de padecer alergias. De cualquier forma, los resultados proporcionan más evidencias de que evitar la exposición puede que no sea la mejor forma de proteger a los niños contra las alergias.
Fuente: Revista especies
Comentarios recientes