Si es curioso, quizás se ha preguntado alguna vez cuando y dónde se descubrieron los canarios. Pues bien, vamos a intentar dar respuesta a esta pregunta.
Los primeros canarios se descubrieron en el siglo XIV por unos navegantes genoveses en el archipiélago de las Canarias (de ahí su nombre). Estas especies no eran de color amarillo como muchos podéis haber llegado pensar, sino verdes silvestre. De hecho, en el archipiélago estos antepasados de los actuales Canarios siguen existiendo en la actualidad
En 1402 el navegante francés Bethencourt lo trajo como regalo a Enrique II y muy pronto se originó un verdadero comercio en relación a estos encantadores animales que acompañaban con su cante a sus dueños.
En 1670 se registró la primera mutación del color, apareciendo en un criadero los ejemplares amarillos. Gracias a la pericia de los criadores esta mutación perduró en el tiempo, convirtiéndose en uno de los ejemplares más conocidos y dando lugar a numerosas mutaciones posteriores.
Tal fue su popularidad como animal doméstico, entre ricos y pobres, que se originó la profesión de «preceptor de pájaros» cuya misión no era otra que adiestrara los ejemplares (con flautas y otros elementos musicales) para mejorar el cante de los ejemplares.
En la actualidad, 7 siglos más tarde de su primer descubrimiento (siglo XXI) existen más de 30 razas de canarios clasificadas en: canarios canto, canarios de color, canarios de forma o postura y todas ellas provienen de un antepasado común encontrado en el archipiélago Canario.
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