Rascadores de gato, que buen invento!!!

A nadie le hace gracia que, un día, a nuestro gato le dé por empezar a afilarse las uñas justo en el precioso y flamante sofá de cuero que tan bien4-Rascador 99 queda el salón.  Los gatos no lo hacen para castigarnos, ese planteamiento no existe en su cabezas, sino que en realidad hay dos motivos para esa indeseable conducta:

1. Mantener en perfectas condiciones sus garras (su instrumento de caza con las que se ganaban la vida).

2. Dejar el olor que producen unas glándulas presentes en sus dedos.

Ambas cosas constituyen una de las diversas formas de marcaje con la que todos los felinos, grandes y pequeños, señalizan su territorio para que otros sepan que un congénere ha pasado por ahí.

El lenguaje favorito de los gatos es el olfativo, y aunque nosotros no captemos esos olores tan importantes ellos sí los captan perfectamente. En el caso concreto de los tigres y los bosques de Asia donde viven, pueden verse las profundas marcas que dejan con sus potentes garras en los árboles, descortezados, a más de 2 metros de altura….

Un Tigre en Casa

Aunque a veces lo parezca, no tenemos un tigre en casa. Así que para ayudarles y evitar destrozos en el mobiliario existen en el mercado un amplio surtido de rascadores: de uno, dos y más pisos, con plataformas, escondites, horizontales y verticales, lisos y estampados…..

Pero conviene saber cuáles son los más indicados y, sobre todo, cómo animar al gato a utilizarlos y que dejen de destrozarnos nuestro apreciado sofá. En primer lugar, los más indicados son los verticales, a imitación de los troncos de los árboles que los felinos utilizan en libertad. En esencia, e independientemente de las plataformas y escondrijos, están compuestos por un poste de unos 40-50cm. de altura forrado de áspera cuerda de pita donde pueden afilarse las uñas, lo que produce un auténtico placer.

El rascador también es una herramienta útil para el descanso si tiene alguna repisa alta donde el gato pueda observar su entorno.

Cuando el gato es joven suele bastar con arrimarle el rascador y que nos observe arañar con nuestras uñas. Luego podemos ayudarle llevando sus patitas hacia el rascador. Si es algo mayor y ya tiene la costumbre de utilizar los muebles, podemos utilizar un par de trucos:

1. Cubrir el sofa con una material que le resulte desagradable, por ejemplo, una lámina de plástico. También podemos colocar sobre la lámina botellas de plástico vacías que, al menor movimiento, se caerán haciendo un ruido que les asusta; incluso podemos rociarles muy levemente con una pistola pulverizadora con agua cada vez que lo intenten.

2. Si el material del mueble lo permite, otro truco es rociarlo con un ambientador con olor a cítricos, un olor que suele resultar muy desagradable a los felinos. Un truco más es frotar una vez al día el rascador con esencia u hojitas desecadas de hierba gatera (cat-nip), que podemos encontrar en Petirrojo y cuyo olor les atrae irresistiblemente. Resulta muy curioso ver cómo los gatos se arriman al olor de esta planta mientras se frotan y mordisquean o afilando sus uñas con entusiasmo.

Como sucede a menudo con los gatos, a veces habrá que insitir y tener la paciencia necesaria:  los hay más testarudos o más rebeldes a dejar de intentarlo con los muebles de la casa, pero utilizando esa mezcla de estímulos negativos -disuasorios- y estímulos positivos – estimulantes- podemos disuadirles de utilizar su antiguo «rascadero» y si colocamos cerca el nuevo rascador, poco a poco conseguiremos el cambio.

 

Jonathan

Soy Jonathan Gómez, CEO de Petirrojo.

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